Carros del ejército de Guatemala toman posición el 17 de mayo en la región de Petén en donde 27 personas fueron asesinadas supuestamente por sicarios del cártel de drogas mexicano Los Zetas
Carros del ejército de Guatemala toman posición el 17 de mayo en la región de Petén en donde 27 personas fueron asesinadas supuestamente por sicarios del cártel de drogas mexicano Los Zetas

La región guatemalteca de Petén, escenario de una de las peores matanzas de los últimos años en el país, estaba este martes bajo estado de sitio para intentar atrapar a los sicarios del cartel mexicano Los Zetas que asesinaron a 27 personas en una finca.
Policías y militares buscan retomar el control en este departamento norteño, una región selvática fronteriza con México bajo el dominio de narcotraficantes, luego de que el presidente Álvaro Colom decretara un estado de sitio el lunes en la noche, un día después del hallazgo de las víctimas de la matanza.
Las fuerzas de seguridad montaron puestos de registro en carreteras y calles de los municipios de Santa Elena y San Benito, unos 520 km al norte de la capital, que son fuertemente vigiladas tras la matanza en la finca 'Los Cocos', la peor desde que este país firmó la paz en 1996 tras una cruenta guerra civil de 36 años.
Además, este martes fue puesta en "alerta máxima" la Policía en todo el país, luego de recibir llamadas con amenazas de atacar los cuarteles y autopatrullas por los operativos en Petén.
"Se estableció la alerta máxima de seguridad a nivel nacional", anunció el ministro del Interior, Carlos Menocal.
Los sicarios ejecutaron a los trabajadores mientras les preguntaban dónde estaba el dueño de la finca, Otto Salguero, quien comenzó a ser investigado luego de la matanza, perpetrada la noche del sábado, por sospechas de que está vinculado con el narcotráfico.
Dieciocho de las 27 víctimas fueron sepultadas sin ser identificadas debido a la acelerada descomposición de los cuerpos, informó este martes una fuente del Instituto Nacional de Ciencias Forenses.
"Un 30% (nueve cuerpos) de las víctimas fueron entregadas a sus familiares, mientras que el restante 70% (18 cadáveres) fue inhumado sin identificar", declaró a la AFP la fuente, que pidió el anonimato.
Las víctimas fueron decapitadas y a algunas les cercenaron las extremidades, lo que impidió la identificación de los 18 cadáveres.
El lunes un médico de la morgue leyó a los periodistas una lista con los nombres de 15 víctimas supuestamente identificadas, pero la fuente dijo que esta relación no era fiable, pues fue elaborada con datos proporcionados por personas que sospechaban que sus familiares estaban entre los muertos.
Colom impuso el estado de sitio por 30 días en Petén, lo que restringe el derecho a hacer manifestaciones públicas y faculta a la policía para realizar allanamientos de noche y sin orden judicial, entre otras medidas.
Colom dijo este martes que ha recibido la solidaridad de varios países tras la matanza.
"Llamaron los embajadores (acreditados en el país) expresando la solidaridad con Guatemala, con el pueblo petenero y su profunda preocupación por las características de esta masacre", dijo Colom en Flores, la capital de Petén.
Solo hubo tres sobrevivientes en la matanza, entre ellos un trabajador de la finca que fingió estar muerto luego de ser apuñalado.
"Estoy vivo gracias a Dios. Me hice el muerto cuando me metieron un cuchillo en el estómago, luego me fui a esconder y salí a eso de las cinco de la mañana y me encontré con un 'cabezal' (un montón de cabezas de víctimas) tirado", relató a la AFP el sobreviviente, internado en un hospital.
Los Zetas, cuyas redes se extienden del sur de Estados Unidos a Centroamérica, es un grupo creado por militares mexicanos que desertaron hace unos años para unirse al cartel del Golfo, al que ahora se enfrentan. Para financiar esa disputa recurren al secuestro de migrantes y otros delitos.
Aunque Guatemala tiene una de las mayores tasas de homicidios de América Latina, las decapitaciones no eran habituales en el país, a diferencia de algunas regiones de México.