Panorámica de Santiago durante una de las alertas ambientales emitidas este año a raíz del alto índice de smog en la capital chilena(Foto: UPI | Sebastián Padilla)
Panorámica de Santiago durante una de las alertas ambientales emitidas este año a raíz del alto índice de smog en la capital chilena

Santiago de Chile está cubierta de una densa capa gris, ajena a fenómenos volcánicos y señal de una contaminación en su más alto nivel desde hace tres años, que afecta principalmente a los niños pequeños, los más expuestos a las enfermedades respiratorias.
Seis millones de santiaguinos viven en una ciudad rodeada por montañas que impiden una correcta ventilación, un fenómeno agravado este año por un déficit de más de 50% en las lluvias, que limpian la atmósfera, debido al fenómeno climatológico de La Niña.
Jaime Leyton, de la Dirección Meteorológica de Chile, dijo a la AFP que ante la ausencia de lluvias, lo único que puede paliar la contaminación es la ventilación "y esa ventilación es muy baja".
Las bajas temperaturas que han arreciado al final del otoño austral suman un factor de riesgo adicional, pues ayudan a la propagación de enfermedades respiratorias, como el virus sincicial o la tos convulsiva, que en lactantes generan una obstrucción grave de las vías respiratorias.
"Hemos tenido un cambio muy dramático en la situación epidemiológica de afecciones respiratorias, sobre todo en niños en las últimas dos o tres semanas, asociado fuertemente a los niveles de contaminación ambiental, en un año de sequía intensa, con mucho polvo en el ambiente", explicó el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
Respecto a un año normal, se adelantó la circulación del virus sincicial, que puede ser mortal en menores de seis meses y que habitualmente irrumpe a fines del invierno (en agosto-septiembre), junto a cuatro veces más casos de tos convulsiva que puede ser grave si ataca a niños pequeños.
"Es una situación dramáticamente diferente que nos augura, independiente de que las condiciones medioambientales cambien para mejor, que vamos a tener un invierno muy duro desde el punto de vista de afecciones respiratorias", explicó Mañalich.
"Este invierno va a ser muy malo, muchos niños se van a hospitalizar, muchos niños van a estar muy graves", agregó el ministro.
Las afecciones respiratorias, que son el 80% de los casos, atestan los servicios públicos de Salud, con un aumento de 23% de las atenciones de urgencia.
La alta demanda llevó al ministerio de Salud a destinar cinco millones de dólares adicionales para la contratación de personal de refuerzo y la reconversión de unas 500 camas de hospitales de Santiago para esas afecciones.
Todo esto hace que el gobierno estudie decretar la 'emergencia sanitaria', una medida excepcional vista por última vez en 2009 por la gripe porcina, que afectó con dureza a Chile causando más de 120 muertos y cerca de 12.000 contagios.
Pero ¿por qué la contaminación aumenta las enfermedades respiratorias?
"La contaminación atmosférica irrita las vías respiratorias haciéndolas más susceptibles a agentes patógenos", explicó a la AFP la pediatra Rebeca Paiva, experta en temas broncopulmonares.
Este año se han decretado tres preemergencias ambientales, por primera vez desde 2008.
En esa situación se restringe la circulación en Santiago de casi el 20% del parque automotor, de 1,3 millones de vehículos, se paralizan unas 500 fábricas y se prohíbe la práctica de deportes en colegios.
Desde 2006, en tanto, está vigente un Plan de Descontaminación cuya última actualización se hizo el año pasado para aumentar las exigencias destinadas a medir la emisión de gases en los vehículos.
Pero ambientalistas critican que de momento no esté incluida una prohibición total para el uso de la leña. ni haya restricciones para el incremento del parque automotor, que en la última década ha crecido un 50% en Santiago.